Olrait es el prototipo individual desarrollado por Gerardo Martínez Cabrera. Se trata de un juego de plataformas y disparos en dos dimensiones con una velocidad frenética. El juego se define, en palabras de su propio creador, de la siguiente forma:
El jugador toma el papel de un impulso nervioso, una idea estúpida o una mala decisión, emprendiendo una aventura contrarreloj desde la cavidad ocular de un sujeto cualquiera hacia el cerebro, representando el camino a recorrer por esos estímulos que, potenciados por el alcohol de una noche de fiesta, pueden desencadenar en una acción realmente estúpida de la que luego no estemos orgullosos. Por su parte, el cuerpo humano del sujeto en el que jugamos, así como su propio cerebro, intentara entorpecer y evitar tu progresión en la medida de lo posible, intentando proteger al individuo de sí mismo y haciendo caso omiso a los estímulos externos que le proponen comportarse como un inconsciente.