La necesidad de la educación formal —entiéndase, reglada— en la industria de creación de videojuegos es un tema que divide a desarrolladores por igual. Si bien es cierto que en la era de la autoeducación y del intrusismo laboral un título suele quedarse en papel, son muchos los que anuncian que los tiempos están cambiando y que la formación académica proporciona algo más que un diploma.
Aunque existen desarrolladores que logran reconocimiento sólo en base a su duro esfuerzo, estos son los menos. Excepciones, por así decirlo, que además han tenido la suerte de contar con una oportunidad especial para demostrar su valía. Sin embargo, la gran mayoría de desarrolladores que quieren un lugar en la industria necesitan herramientas para destacar. Ahí es donde puede ayudar la educación reglada. Estas son sus ventajas.
- Mayor visibilidad del CV. Las grandes empresas de la industria reciben cientos, sino miles, de solicitudes de trabajo al día. El grueso de los solicitantes son jóvenes con poca o nula experiencia intentando buscar una posición de entrada y que luchan por los puestos de menor responsabilidad. Conseguir un portfolio que haga que el encargado de personal detenga la vista en nuestra solicitud puede llevar bastantes más años que obtener un título reputado al que acompañar con pequeños ejemplos de nuestro buen hacer. En resumen: un título hace que se fijen en nuestro CV, luego, el talento abrirá la puerta.
- Seguridad para las empresas. El sector de los videojuegos es multidisciplinar por lo que los trabajadores de la industria deben mostrar conocimientos en varios campos para que el trabajo en equipo sea eficiente en términos de tiempo y dinero. Una gran desarrolladora necesita saber exactamente qué pueden y no pueden hacer sus futuros empleados y un título cuyo programa sea completo les garantiza que la persona aplicante tiene conocimientos en las áreas de interés.
- Experiencia en el sector. La mayoría de estudios relacionados con videojuegos, especialmente los asociados a universidades, dan la oportunidad a sus alumnos de realizar prácticas reales en empresas del sector. Porque una cosa es el conocimiento teórico o práctico dentro del aula y otra muy diferente el trabajo de campo real, estas prácticas sirven para terminar de afianzar los conocimientos, así como para comprobar como es el día a día de los desarrolladores. De cara a conseguir trabajo, la presencia de unas prácticas en el CV es señal de que el aspirante sabe desenvolverse en el ambiente laboral.
- Oportunidad de hacer contactos. ¡Y no sólo como piensas! Los profesores y responsables de las prácticas de los estudios formales son evidentes aliados para una futura carrera pero no hay que quedarse ahí. Los compañeros de estudios, al tener las mismas inquietudes, serán de gran ayuda para el crecimiento profesional. La democratización del desarrollo de videojuegos hace posible la creación de juegos independiente por lo que sólo se necesita una chispa de creatividad para empezar a poner en práctica lo aprendido en las clases.
- Rapidez. Aunque la mayoría de habilidades necesarias para el desarrollo se puede adquirir de forma autodidacta, el hecho de tener a un profesional proporcionando feedback a nuestro trabajo nos ayudará a detectar y corregir errores de una forma mucho más rápida que la práctica en solitario. Por supuesto, una rutina de duro trabajo diario seguirá siendo necesaria. El feedback sólo hará ese trabajo más provechoso.
El Máster en Creación de Videojuegos de la Universidad de Málaga está diseñado para cubrir tanto las necesidades de los alumnos como de las empresas. Unos estudios completos pensados para crear profesionales.