El prototipo de Antonio Marín Medina se llama Saigo No Midori, un juego con toques de plataformas que cuenta con un arte estupendo y una ambientación muy lograda. En palabras de su propio autor:
La historia transcurre en una parte de una ciudad destruida. La vegetación ha empezado a consumir la ciudad, llenando de verde el ambiente. El jugador controlará a la protagonista, sin nombre, sin identidad. Lo único que sabremos de ella será gracias a sus pocos recuerdos que le quedan tras los sucesos anteriores al juego. Al inspeccionar ciertos elementos se verá fragmentos desordenados (en forma de frases) de la memoria de la protagonista, siendo así el jugador el que deberá ponerlos en orden en su cabeza e intentar montar la historia.